26.5.14

CURSO 14-15 SISTEMAS DE APRENDIZAJE





Antes del siglo XVIII, en el que se instituye la infancia como clase específica y aparece la escuela como institución normativa de instrucción, el aprendizaje se realizaba o bien en el ámbito del hogar en las clases altas, o bien en el ámbito del trabajo (el taller del artesano) en las clases menos favorecidas. Con el advenimiento del estado moderno (el estado nación), la escuela pasó a absorber una parte considerable de la instrucción necesaria para la formación de sujetos socialmente instituidos como trabajadores y ciudadanos, llegando incluso a la realización del proyecto ilustrado de educación universal obligatoria. Este proceso económico y social marcó una delimitación clara entre los ámbitos de la educación, el aprendizaje y la formación por un lado, y los de la producción por otro, un esquema que funcionó tanto en la economía capitalista como en la socialista. Los cambios provocados por el declive de los regímenes de gobierno socialistas a partir de 1989 y por la incorporación al capitalismo de la práctica totalidad de las economías mundiales, unidos a la globalización generalizada y facilitada por la emergencia de medios de generación y distribución de conocimiento deslocalizados o descentralizados, ha provocado transformaciones a todos los niveles, incluyendo el del aprendizaje, que este curso pretende investigar en su dimensión arquitectónica. Ante un objeto de estudio tan abrumador el TallerUAH propone una serie de bloques temáticos de proyecto organizados por grupos de edad, de modo que puedan abordarse las problemáticas del aprendizaje y sus cambios de modo ordenado, en compartimentos temáticos claros, tratando en cada bloque temático una serie de cuestiones de proyecto específicas:


El adolescente y las redes P2 OTEGUI
La virtualidad social incorporada por las redes sociales está produciendo cambios profundos en los comportamientos de los adolescentes, pero la arquitectura de las escuelas y de los hogares sigue prácticamente intacta ante estas transformaciones de las conductas de sus usuarios más jóvenes. La alta permanencia en el trabajo de los padres en horarios laborales muy extendidos, sumado al incremento de la movilidad, ha provocado que las escuelas hayan desarrollado una especie de carta de servicios que incrementa considerablemente la presencia del niño y el adolescente en los espacios normativos de formación y que por consiguiente disminuya la interacción entre los miembros de las familias. El adolescente tiende a prolongar indefinidamente esta socialización con sus iguales mediante las redes virtuales desde el hogar. Se pueden proponer dos alternativas experimentales a esta situación desde el ámbito arquitectónico: la primera es incorporar a las escuelas nuevos espacios de convivencia intergeneracionales en los que los padres puedan implicarse más en la formación de los hijos, la segunda es la implementación de los hogares con espacios de socialización para los adolescentes, compartidos con adultos, que pasa por una reconsideración radical de la vivienda colectiva.

El joven y el acceso al trabajo P3 VERDASCO
En la actualidad la condición de ciudadanía la da, por encima de cualquier otra consideración, la de ser trabajador. Al margen de una valoración de esta modalidad social, que escapa al marco de este curso, la arquitectura puede y debe realizar aportaciones que relativicen el trauma que supone el ritual de la formación del trabajador. Para ello se propone una revisión del ideal del campus, que a su vez es una revisión del monasterio y del internado, donde el joven se encerraba y se apartaba del mundo para preparar su ingreso en el mundo adulto del trabajo. El campus universitario se presenta bajo dos modelos arquitectónicos bien distintos: aislamiento y dispersión. Se propone investigar sobre estas dos modalidades de factoría educativa superior para contrastar sus arquitecturas y para proponer modelos de espacios de aprendizaje profesional nuevos en lo que se refiere a sus relaciones con el resto del tejido urbano.

El anciano y la conservación de los saberes P4 Y P5 MARTÍN/COLLADO
Cuando la esperanza de vida se alarga el margen temporal de la existencia no productiva del individuo se convierte en un problema de estado que las actuales políticas han resuelto de manera muy poco imaginativa, simplemente eliminando recursos y dejando en manos de un mercado muy voraz el asunto, que no contempla el rol del anciano como posible productor. En este marco el anciano ve limitada su acción social a dos ámbitos que cobran una creciente importancia, y que incluso pueden convertirse en nichos de mercado por sí mismos: el cuidado familiar y el apoyo económico. Por una parte el anciano es contemplado como un mero consumidor de recursos, cuando en realidad opera en muchas ocasiones como un agente productivo en la sombra. El ritual del retiro aparta al anciano de la sociedad de modo muy radical y le impide el acceso a estímulos que lo resituarían como un agente social activo y necesario. Al ampliarse tanto la duración de la fase no productiva resulta posible reconsiderar al anciano como consultor y experto a todos los niveles, así como resulta posible proponer que los ritmos vitales del anciano, más lentos que los del agente productivo activo, tengan su propio lugar en el tejido social proponiendo espacios arquitectónicos que, por su especificidad, deben permanecer al margen del ámbito laboral pero no ser encerrados en el hogar.

El niño y el juego P6 QUESADA/PÉREZ ROMERO Y P7 MURADO
Más allá del modo en que se configura la escuela infantil, que obedece a sistemas de aprendizaje específicos que afectan al número de niños en el grupo, el tipo de actividades y a las relaciones con el maestro y entre los propios niños, puede pensarse que la espacialidad infantil afecta a ámbitos construidos que se derraman fuera de las pareces de la escuela y afectan a los espacios públicos de las ciudades. Pensar la calle, o una parte de ella, como un espacio para el despliegue de las actividades de los niños puede ayudar a transformar sus modos de socialización, que tienden a encerrarse en los hogares o en espacios cerrados, sean privados o públicos, muy especializados. Los sistemas de aprendizaje no normativos, por ejemplo las propuestas de John Dewey o de María Montessori, o en España el Instituto Libre de Enseñanza, fueron motores muy importantes en el desarrollo de la arquitectura moderna que pueden ser investigados en este contexto de cara a proponer modelos arquitectónicos para el niño que aporten una mayor riqueza espacial a los espacios públicos de las ciudades contemporáneas, en las que la presencia del niño tiende a ser dificultada.